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Autobiografía de Touma de Ikaro

Antes que nada, saludos a mi Diosa Arthemisa, que espero se encuentre muy bien y que le agrade mi trabajo, ya que han decidido pedirnos la autobiografía y siendo yo obediente a mi Diosa paso a dejarla esperando que sea de su agrado.
Para empezar me gustaría afirmar que yo no siempre fui una persona alegre y llena de sueños como todos, a pesar de que ahora no sea muy expresivo o muy afectivo, decidí volverme de esta manera, para ser más fuerte, ya que los sentimientos solo hacen débiles a las personas, y yo no quiero que eso me afecte para proteger a mi Diosa.

Bueno, pues en mi niñez todo fue relativamente normal, yo quería a las personas muy cercanas a mí, amigos y familia, muy en especial a mi hermana que aunque era mayor que yo, siempre buscaba protegerla de todo aquel que le quisiera hacer daño, muchas personas lo intentaron pero no solo a ella, a ambos y recuerdo bien que siempre nos protegíamos el uno al otro, pero yo no estaba muy de acuerdo con ello, siempre quise ser mucho más fuerte para que nada le pasara.

Así que nuestros caminos se separaron, yo buscaba entrenamiento y convertirme en el portador de alguna armadura, y así poder proteger a las personas más importantes para mí.
Pero tiempo después no supe nada de mi hermana, simplemente había desaparecido, lo cual me tenia preocupado y había jurado con aquel cascabel en mi cuello que teníamos ambos, que la encontraría y la protegería siempre.
Pero no todo es lo que planeas, no siempre salen las cosas como quieres y no siempre se es feliz, eso si me quedo muy claro, con el tiempo como ya mencionaba al principio me fui deshaciendo de esos sentimientos que me daba cuenta de que solo me estorbaban para ser mejor, me convertí en un guerrero sin corazón y ahora fiel sirviente de la Diosa Arthemisa, a quien le agradezco todo lo que ha hecho por mí.

Olvide el objetivo primordial por el cual me había convertido en un guerrero, portador de un manto celestial, ya no hay algo que me motive a ser el mejor, solo superación personal, y que mi Diosa vea que soy el mejor, porque así es, y no hay ser terreno que logre hacerle daño a mi Diosa mientras exista yo, a ella le tengo un gran aprecio porque siempre ha sabido comprenderme, y me hace saber que yo ya no soy un ser terrenal mas, sino que soy algo mas divino.
Por último solo quiero reiterar como siempre a mi Diosa que siempre cuenta conmigo y que siempre estaré a su servicio.
Me retiro y ojala sea de su agrado mi autobiografía.
Hasta pronto.