La Resurrección de los Caballeros VI

**Ahora la noche había entrado de lleno, ya los tenues rayos del sol muriente no pueden ocultar a la luna y a los luminosos astros menores que en una noche tan negra resaltan brillantemente, acompañados de periódicos y esparcidas estrellas fugaces que hacia lo lejos parecen caer hacia la tierra con fuerza tal como tratando de penetrar en las entrañas de Gea.

El recorrido de Shaka hasta su propio templo ha finalizado, glorioso pero sereno en su actitud siempre meditante camina hacia los escalones de las entrada a la Sexta Casa, decidido penetra en esta, nuevamente otra casa obscurecida por el abandono de su guardian, pero quien ahora regresaría a retomar su puesto como el uno de los Caballeros mas poderosos, así en la intangibilidad casi perturbante propia de esta casa que se en su ambiente se asemeja a un templo budista a pesar de las construcciones de estilo jónico, Shaka se dirige hasta el mismo epicentro de aquel lugar, en donde se alza imponente un altar de mármol que sostiene una gran flor de loto de oro macizo, digna ofrenda a cualquier divinidad que se precie de serlo, erguido frente a una pared que tiene tallada en la roca una figura semejante al sol, pero que representa a la conciencia misma, de esa manera Shaka llega hasta un corto paso delante de aquel altar de donde por la acción de su propia y misteriosa naturaleza se elevaría en el aire, como si fuera una pluma elevada por una gentil brisa, subiendo serenamente centímetro tras centímetro mientras con una flexibilidad notoria dobla sus rodillas, cruza sus piernas, irgue su espalda y acomoda su capa a través de su pecho, como emulando un habito de monje, y así en unos instantes queda levitando en la posición del loto mientras levita unos 30 centímetros por encima de la ofrenda de oro macizo suspendido perfectamente en ese lugar, sin siquiera moverse un centímetro, con la respiración tan sosegada que pareciera que no respirara, ni una fibra de su cuerpo se mueve a tal punto que realmente pareciera una imagen de oro hecha en honor al Buda, y así una vez realizando el asana que lo caracteriza deja fluir su dorado y luminoso cosmos hacia fuera, manifestando en ese fulgor dorado la fuerza de su alma, que se extiende por la oscura Casa de Virgo, iluminándola, llenándola nuevamente de la presencia y el aura divina de su protector, quien esparciría su cosmos por su Casa solo como acto inicial de la acción de esparcirlo por las once Casas restantes; y así como serenas ondas Shaka envía su cosmos a todas y cada una de las Casas Zodiacales, buscando establecer una comunicación cósmica con cada uno de sus compañeros, llamándolos, hablándoles a través del cosmos…

“Caballeros de Oro de las doce casas nuevamente debemos luchar por la paz y la justicia en este mundo, ahora les revelaré los hechos que se han gestado desde hace poco en este mundo… Los 108 Masei que atormentan al hombre en su vida, manifestados a través de los espectros han reencarnado nuevamente en este mundo bajo las ordenes del dios de los Muertos, Hades…”

Estás serían las palabras que Shaka transmitiría desde el interior de su mente hacia sus compañeros mediante la comunicación cósmica, el momento de actuar y de la revelación de la verdad ha llegado.**

**La comunicación cósmica, una habilidad que solo los Caballeros de Oro dominan totalmente se ha establecido entre los caballeros que ahora se encontraban en el Santuario. Así Shaka proseguiría con su dictamen mental que es conducido mediante la ida y venida de su cosmos y el de sus compañeros.

“Así es Aldebarán, tal es la gravedad de la situación para que yo abandonara mi oración kármica en la Cuenca del Ganges.
Saga, tal como vos, el caballero de Oro más renombrado lo sientes, una energía obscura se está reuniendo en este mundo, mas precisamente en un lugar entre la zona montañosa de Italia, allí es de notar como los Masei se reúnen alrededor de una fuerza mayor…. Una de origen divino…”

Afirma Shaka de una manera tan enigmática como su natural manera de ser**

**Luego de no haber tenido respuesta durante algunos instantes el Caballero Piscis se ha dignado a dejar salir su cosmos

“Afrodita…”

Dirige Shaka este pensamiento a través de su cosmos hacia sus compañeros, especialmente a aquel que ahora se ofrece voluntario para entrar al misterioso e inexplorado terreno enemigo. La serenidad de Shaka se hace notar al mantener la calma ante el tan abnegado ofrecimiento del menos diligente y desinteresado de los caballeros, ya el solo hecho de mencionar a Athena, era algo que Shaka considera inusual en el Caballero Piscis, lo que sucedería a partir de allí es incierto.**